En medio de un contexto adverso en materia económica, que nadie puede negar, en Casilda se realizó una olla popular en la Plaza Simonetta para visibilizar y colaborar con aquellas familias menos afortunadas. Increíblemente, hubo quienes mostraron sus miserias humanas escondiéndose atrás de un teclado y juzgaron no sólo la labor de los voluntarios, sino también a quienes tienen sus necesidades alimentarias insatisfechas.

Entre los muchos comentarios que se realizaron, muchos de ellos de forma anónima y cobarde, también se destacaron otros que comprenden el contexto y saben que este no es el momento de señalar a nadie. Además, una de la responsables de un merendero dejó una reflexión sumamente valiosa y escrita desde el razonamiento.

Cintia es de las tantas personas de la ciudad que intenta dar una mano con lo que tiene, con lo que puede. Porque le importa lo que ve alrededor y prefiere no ignorarlo. Es una heroína sin capa para muchos niños y una fuente de alivio para los corazones lastimados. A continuación, transcribimos sus palabras. Tan justas y necesarias.

Queridos amigos,

Nos gustaría tomar un momento para hablar sobre el trabajo que realizamos en nuestro merendero. A menudo, escuchamos críticas que nos llaman 'vagos' y que la gente que viene a buscar su comida también lo es. Queremos aclarar que nuestro objetivo no es vivir de la caridad, sino ayudar a aquellos que más lo necesitan. Este no es un proyecto político, no está vinculado a ningún partido ni busca favores políticos. Es un proyecto de amor, de solidaridad y de apoyo a nuestra comunidad. 

En tiempos donde el trabajo escasea, optamos por poner nuestro tiempo y esfuerzo en ayudar a los demás, en lugar de quedarnos de brazos cruzados. Lo que hacemos, lo hacemos de corazón. Trabajamos día tras día con la esperanza de aliviar un poco la carga de aquellos que están pasando por momentos difíciles. Y si eso nos hace 'vagos' a los ojos de algunos, entonces estamos orgullosos de serlo.

Por favor, antes de juzgar, te invitamos a unirte a nosotros, a ver el trabajo que hacemos, a conocer a las personas a las que ayudamos. Tal vez entonces entenderás que no se trata de ser 'vago', sino de ser humano. 

Con amor y solidaridad