Este jueves, en una audiencia celebrada en los Tribunales de Rosario, se cerró uno de los capítulos más dolorosos para el sur santafesino en materia de siniestros viales. Casi ocho años después, con 13 víctimas fatales y decenas que resultaron con heridas irremediables, se suspendió el juicio contra los ocho acusados por el caso Monticas. Ninguno irá preso, no tendrán que dar explicaciones ante el juez Pinto y se subsanará todo con irrisorias sumas económicas.

La causa penal que encabezaba el fiscal Walter Jurado llegó al puerto más triste para aquellos que realmente esperaban por justicia. Ambas partes, la acusatoria y la defensa de los imputados, acordaron una probation, sin asumir culpas. Cada imputado le donará 200 mil pesos a las asociaciones de Bomberos Voluntarios que actuaron en aquella cálida e inhumana tarde. 

Además, los implicados que llegaron a ser acusados, se comprometieron a realizar una “reparación económica equivalente al monto neto de un salario y medio”. El total de esa suma se dividirá entre las víctimas y familiares del choque que tuvo lugar el 24 de febrero de 2017 entre dos unidades de la extinta empresa de transporte. 

El cierre judicial de la causa por supuesto no pasó desapercibido y probablemente provocó más heridas de las que pudo sanar. En ese sentido, la casildense Carina Dalesandro, quien viajaba ese día en una de las unidades, compartió un breve fragmento en sus redes sociales sobre su impotencia. “Sin palabras, siento dolor, angustia y vergüenza por la decadente justicia que tiene mi país”, manifestó. 

Por su parte, María Agustina Barzanti, otras de las jóvenes que sufrió graves consecuencias y estuvo hospitalizada por más de dos semanas, utilizó su espacio cultural en Instagram para dar a conocer un fragmento que leyó en la última audiencia. Su escrito es tan conmovedor como desolador. “Me da un alivio horrible que esto llegue a su final. Deseo tanto seguir con mi vida. Seguir sin un llamado de ningún fiscal, de nadie que me recuerde ese día, porque de eso ya encarga mi cabeza cuando le parece necesario”, sintetizo.

Instagram de deletrasysombras

El 24 de febrero de 2017, los usuarios de aquel tétrico servicio sobre cuatro ruedas que ofrecía Monticas abrigaban la ilusión que todo se detuviera. De una vez por todas. El precio era altísimo. Vidas que ya no se van recuperar y heridas en duelen detrás de las cicatrices. El viaje no se terminó. El nefasto fantasma de la empresa seguirá rondando en cada lugar en el que hizo daño.