Estaba trabajando en un lugar inhóspito y descubrió una extraña raza de caballos
El doctor Gerardo Rodríguez es un fanático de los caballos, y a lo largo de su carrera recorrió varias zonas del país por cuestiones laborales. Jamás imaginó lo que iba a encontrar cuando lo enviaron a la zona de la Meseta de Somuncurá. Una hora bastante desértica por su cruda temperatura. Hoy en día tiene el único criadero en toda Sudamérica de una raza muy llamativa de caballos.
En charla con Radio Casilda, el entrevistado contó: “Trabajé en varias zonas del país con caballos. En 2006 inicié una labor para el SENASA, que quería georeferenciar la meseta de Somuncurá, en Río Negro. Un lugar bastante inhóspito”. Durante la temporada invernal la temperatura en ese lugar puede llegar a los -20 grados. Además es una sitio muy desértico y poco transitado. Por lo que el doctor lo subía a diario en motocicleta.
En uno de esos tantos viajes, observó un caballo que de lejos parecía estar transpirado. Pero en realidad, su pelaje tenía rulos. Pronto se interiorizó con los lugareños y fue comprándolos para tener su propia centro de crianza en Maquinchao. Hoy en día, tiene unos 40 ejemplares de diversos colores.
“El pelaje es hipoalergénico. Por eso en Estados Unidos se utilizan mucho para casos de equinoterapia”, remarcó Rodríguez. Dicho sea de paso, su historia llegó hasta Norteamérica, ya que existe otra granja que cría animales de similares características. De hecho se hicieron pruebas de ADN para saber si eran parientes, aunque resultaron ser de otro gen.
Una de las hipótesis de su desembarco en Argentina es que en 1536, Don Pedro de Mendoza, gobernador de la colonia española, introdujo 100 equinos de trabajo y de guerra provenientes de Cádiz. Años después, tras la huida de los españoles, los caballos quedaron abandonados y comenzaron a reproducirse de a miles, poblando gran parte de la Argentina. Al regresar a la zona, años más tarde, observaron que los caballos de algunos sectores habían desarrollado el característico pelo rizado. Sobrevivieron en manadas, habitando suelos muy áridos y poco habitados por al raza humana.