Los cuentos que no te contaron: la versión oscura de los clásicos infantiles
Muchas de las películas que fueron llevadas al cine en una versión infantil están basadas en antiguos relatos que son mucho más cruentos que los conocidos por los niños
Si pensabas que Disney te contaba toda la historia… agarrate. Detrás de esas pelis que marcaron la infancia de muchos, hay versiones originales que están más cerca del terror que de la ternura. Y no, no es exageración. En esta nota te contamos algunas de las versiones más crudas y escalofriantes de los cuentos clásicos que seguro creías conocer.
La Cenicienta, con sangre y venganza
En el cuento original de los hermanos Grimm, las hermanastras están dispuestas a todo con tal de calzarse el zapato de cristal. Una se corta los dedos del pie, y la otra, el talón. El príncipe, que parece más avispado de lo que Disney mostró, se da cuenta gracias a una paloma que le chiva que hay sangre en el zapato. Así descubre quién es la verdadera dueña: Cenicienta.
Pero eso no es todo: cuando se consuma el casamiento, las hermanastras se presentan con cara de “todo bien”, pero terminan atacadas por pájaros que les arrancan los ojos. Karma con plumas.
La Sirenita, entre vidrios rotos y corazones partidos
Nada de "Un mundo ideal". En el cuento original de Hans Christian Andersen, Ariel pierde la voz, sí, pero también camina como si tuviera cristales en los pies cada vez que da un paso. ¿El objetivo? Conseguir alma eterna, que las sirenas no tienen.
Pero el príncipe, distraído, se casa con otra, creyendo que fue ella quien lo salvó del naufragio. Ariel no puede defenderse, porque está muda. El final: se lanza al mar y se convierte en espuma. Disney no se animó.
La Bella y la Bestia: hermanas con más envidia que amor
En el relato de Gabrielle-Suzanne Barbot, Bella tiene dos hermanas malvadas (¿por qué siempre dos?) que, muertas de celos, intentan hacerla quedarse más tiempo del permitido en casa, esperando que la Bestia se enoje y la devore. Amorcito de familia.
Pinocho: mentiras, cárcel y homicidio
El Pinocho de Carlo Collodi no es ningún inocente. De hecho, su nivel de travesura es tal que Geppetto termina preso, acusado de maltrato. Y cuando aparece el grillo parlante para aconsejarlo... Pinocho lo mata. Así, sin vueltas.
La Bella Durmiente, con abuso y cocina macabra
En la versión de Giambattista Basile, el “príncipe” entra al castillo cuando ve a la princesa dormida… y la viola. Nueve meses después, ella despierta al dar a luz a mellizos.
El príncipe, que ya estaba casado, aparece de nuevo y, por esas cosas del amor, se enamora de verdad. Pero la esposa oficial planea una venganza cocinera: quiere servirle los hijos a su marido en el almuerzo. Spoiler: no lo logra, pero sí termina mal. Raro final feliz.
Blancanieves y el hígado de cerdo
En la versión Grimm, la madrastra quiere que el cazador mate a Blancanieves y le traiga su corazón e hígado como prueba. Como el cazador no se anima, le lleva las vísceras de un cerdo, y la reina se las come creyendo que son de la joven.
Cuando finalmente Blancanieves se casa con el príncipe, la reina es invitada. Pero el final no es tan rosa: la obligan a bailar con zapatos de hierro al rojo vivo hasta que muere. Nada que envidiarle a una peli de terror.
Lo que para muchos fue el primer acercamiento al amor, a la aventura o al “vivieron felices para siempre”, en realidad nació como advertencia, castigo o drama. Historias pensadas para dejar enseñanza... pero con más sangre que moraleja.