Gladys Motta, una vecina de San Nicolás de los Arroyos, fue la primer persona que vio a la Virgen Maria. El 25 de septiembre de 1983, mientras la mujer rezaba un rosario en su casa, se le presentó la Virgen, vestida de azul, con el niño en brazos y un rosario en su mano.

Gladys contó que la imagen le pidió entonces que hiciera acuñar medallas con la imagen de la advocación de la Virgen del Rosario al frente, la Santísima Trinidad en el dorso, y que construyera una capilla, tarea que comenzó en 1985.

El reconocimiento por parte de la Iglesia, llegó el 22 de mayo de 2016 a través de un decreto firmado por Monseñor Héctor Cardelli, obispo de San Nicolás.

Desde 1983, el 25 de septiembre se convierte en un día para que miles de fieles se acerquen al norte de Buenos Aires para pedir y agradecerle a la Virgen de San Nicolás.