El ahora ex juez penal de la ciudad de Casilda, le puso fin a más de 40 años ligados a la justicia de la provincia. Asumió su cargo como magistrado en la gobernación de Jorge Obeid y, desde entonces, fue referente para la región. En charla con Radio Casilda, se mostró mesurado, nostálgico y aseguró que a pesar de sus aciertos y errores, siempre buscó acercarse a la verdad.

"Hay etapas en la vida de las personas y tienen que cerrarse. Más allá de lo bueno y lo malo, he dado todo lo que podía. Es bueno que exista una renovación", sintetizó. Y agregó que, a su modo de ver las cosas, son tiempo en los cuales el sistema necesita de personal más joven y fresco.

Carlos Pareto inició su carrera con el cargo más bajo en un Juzgado Correccional, perteneciente al fuero penal. Posteriormente, permaneció once años como secretario en Rosario. Después de dos décadas de carrera, se decidió a concursar para ser juez y ganó en Casilda y Rosario. Finalmente, el ingeniero Obeid le envió el pliego para sumarse a la ciudad cabecera del Departamento Caseros, a la cual adoptó como su segundo hogar.

"Siempre digo que me siento un casildense más. Yo elegí estar acá, nadie me mandó. Nuestra labor es muy ardua, de muchas opiniones. Más allá de eso, nunca tuve una falta de respeto", recordó. En ese sentido, destacó que las decisiones que se toman en su posición, a veces tienen una difusión y una repercusión grande, más de lo que se quisiera.

"Estamos parados en un lugar donde se juega uno de los derechos más importantes que tienen las personas, que es el de la libertad. Para ser magistrado hay que reunir una serie de condiciones indispensables, la objetividad y el temple son sólo dos de esa lista", opinó el ex juez. Quien además remarcó la importancia de asistir a las audiencias para conocer las mediaciones que se logran en esos ámbitos.

Según sus propias palabras, Pareto se despidió con un alto nivel de confirmación por parte de sus superiores. Y finalizó argumentando que siempre buscó acercarse a la verdad absoluta de los hechos, aunque aclaró que el único que lo sabe realmente es el imputado.

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