El ex gerente de Sapem aseguró que "administraba miserias"
Carlos Testa rompió el silencio luego de alejarse de la conducción de la empresa local encargada de la subdistribución de gas natural y recolección de los residuos. Defendió su gestión y dijo que la misma fue desgastante
Finalizado el mes de julio, Carlos Testa dijo bastay dio un paso al costado en función como gerente del directorio de la Sapem. Poco más de dos meses después, en medio de una deuda que sigue creciendo a pasos agigantado, tomó el micrófono para aclarar como se trabajó durante los tres años que guió los hilos de la entidad.
El ex gerente pasó por el estudio mayor de Radio Casilda y detalló que cuando él ingresó como administrador, en enero de 2016, ya se contaba con un pasivo de 3 millones de pesos. En medio de un contexto absolutamente deficitario para las subdistribuidorasde gas por las tarifas que se manejaban en ese entonces. "Después de muchas gestiones, incluso veces que ni nos quisieron atender, se llegó a un acuerdo con Litoral Gas para formalizar un plan de pago. Que se tuvo que actualizar en 2017", reveló el entrevistado.
A mediados del 2018 comenzó el conflicto grande. Porque el municipio ya no actualizó el canon correspodiente al aporte que se hace para mantener activo el servicio de recolección. Y las cuentas empezaron a desbalancearse. Según manifiestó Testa, había que derivar parte de los fondos que estaban destinados al pago de la deuda con Litoral Gas a la mantención de las unidades y personal abocados a la recolección de residuos.
Incluso, con fondos propios de la Sapem, se financió el Consorio Girsu. Una idea que se vio con muy ojos, dado que podía aliviar los números. Pero en la práctica no se cumplió. El dinero del resto de la comunas iba a ser descontado de la coparticipación, pero dado el contexto de crisis financiera, los pagos se estancaron.
"Siempre tuve la esperanza y la promesa de que la solución iba a llegar. Pero nunca ocurrió. Como comunmente se dice, estábamos administrando miserias", enfatizó Testa. Quien adujo que en sus últimos días de gestión reclamó una factura a la Municipalidad que rondaba los 15 millones de pesos en concepto de desfaje. Pero sólo se le reconocía un poco más de la mitad. Luego de eso, la presentó en Sapem, aun en desacuerdo, tomó sus cosas y pegó el portazo.