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A veces las historias están donde uno menos se lo imagina y abren un abanico de conjeturas impensadas. Una situación de este tipo aconteció ayer cuando un ciudadano casildense se acercó a entregar una billetera que había hallado en la puerta de Radio Casilda. Estaba tirada en ese lugar, como si alguien la hubiera abandonado. Sin embargo, al ser revisada para saber si contaba con documentación, la sorpresa fue mayúscula.

En el interior de la billetera no había dinero alguno, pero en su lugar sobresalía un papel de tamaño importante que parecía nuevo. Al ser desplegado se escondía el siguiente mensaje: "Perdón, yo no soy de tomar cosas ajenas. Pero no tenía para darle de comer a mis hijos. Así que la plata se la debo". 

Quien sea haya encontrado ese objeto lo tomó como una suerte de bendición, pero aún así sintió la necesidad de devolver lo que no le correspondía. Amén de los juzgamientos que pueden surgir, lo cierto es que el escrito desnuda una realidad en la cual está inmersa una parte de la sociedad. La crisis está presente, aunque a veces se quiera invisibilizar.