La manía macrista de espiar sin permiso judicial llegaba a Rosario
Las investigaciones de la Justicia federal sobre el espionaje ilegal desplegado durante el gobierno de Mauricio Macri alumbran límites inesperados que llegan hasta Rosario misma. En la lista de más de 400 personajes de la política, los negocios y el periodismo sometidos a escuchas ilegales y seguimientos diversos se cuentan varios de la provincia de Santa Fe.
Unas semanas atrás se conocía la lista de emails hackeados que había denunciado la titular de la Agencia Federal de Inteligencia, Cristina Caamaño, entre los que se contaban algunas personalidades santafesinas, empezando por el gobernador Omar Perotti y el diputado nacional Marcos Cleri, entre otros. Pero en los últimos días la investigación avanzó y así se ventilaron en los pasillos tribunalicios que la ex Side espiaba varios teléfonos radicados en Rosario y Santa Fe, con el pretexto de detectar supuestas conexiones del narcotráfico. Una de las caras visibles es el ya célebre Marcelo Dalessio, quien supo contactar a miembros del clan Los Monos, tal como reveló alguna vez el condenado Ramón Machuca, alias Monchi Cantero.
En la causa que sigue el juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, y en la de su colega Alejo Ramos Padilla trascendió que entre los espiados hubo dirigentes de Central y de Newell's, representantes de futbolistas y hasta familiares de Lionel Messi, aseguró a Rosarioplus.com una fuente con acceso a esa investigación federal.
La versión describe un mecanismo directo de suministro de información obtenida de manera ilegal (escuchas sin orden judicial) desde la AFI a dependencias de la Afip y a conocidos referentes de Cambiemos en Santa Fe. Ese flujo de datos del espionaje ilegal habría alimentado en el último lustro operaciones de prensa extorsivas contra empresarios rosarinos y de otros lugares de la provincia.
La investigación fiscal apunta como uno de los destinos de la información espía la oficina de Afip que ocupaba Jaime Mecikovsky, un contador cercano a la ex diputada Elisa Carrió, que ascendió con el macrismo y acusó ante el juez Sebastián Casanello a Cristina Fernández de proteger al empresario Lázaro Báez, denuncia que se cayó por falta de fundamento.
Tanto la causa que tramita Villena como la de Ramos Padilla no avanzaron todavía hacia lo que Mecikovsky y Dalessio habrían realizado en la provincia de Santa Fe con la información obtenida de las escuchas ilegales. Pero sí se supo que en el juzgado preparan en estos días las notificaciones a los damnificados para luego citarlos a declarar.
La expectativa que genera la causa sobre el espionaje ilegal del gobierno de Macri radica en la posibilidad de explicar el verdadero trasfondo de operaciones de prensa y redes sociales que circularon en los últimos tiempos. Dicen en el entorno de la causa que las revelaciones llegan hasta el propio grupo Vicentin desde antes de que orquestara el mayor pagadiós de la historia local, ahora ventilado en el concurso preventivo de acreedores.
Hay material -asegura la fuente conocedora del expediente- que deja al descubierto el entramado de relaciones e influencias del gigante agroexportador, y el esquema de comercialización en negro por el cual nunca llegó a quedar involucrado explícitamente y que solo llegó hasta la caída de una de las firmas proveedoras de granos, el acopio Las Pircas en 2014.
Estos indicios de la ominosa dimensión del negocio de comprar cereal en negro con destino de exportación ahora aparece de manera impensada en la estridente investigación que tiene al ex presidente Macri en el ojo de la tormenta. Sin embargo, ya había sido denunciado en 2014 por quien hoy es el ministro de Seguridad santafesino, Marcelo Sain.
Pero los espías al servicio del macrismo en la gestión de Gustavo Arribas abarcaron temas diversos, al parecer. Un abogado que representa a algunos de los espiados reveló a Rosarioplus.com que accedió a la lista de escuchas y le pareció "definitivamente escandaloso, mafioso".
La espía a dirigentes políticos no distinguió entre propios y extraños. En la lista de Caamaño se conoció de los emails pinchados a Omar Perotti, Marcos Cleri, Lucila Puyol, Gerardo Rico y Mario Barletta. Pero en la causa de las escuchas Villena también tiene que los servicios espiaron la interna local de Cambiemos. Un objetivo fue Roy López Molina cuando su imagen lo proyectaba como el casi seguro intendente electo de Rosario. Se sabe, perdió la pulseada de poder en el PRO con Federico Angelini, quien salió airoso de esa coyuntura y al ganar una banca de diputado nacional se invistió de fueros para blindarse ante cualquier arremetida judicial. Mientras tanto, Roy tuvo que volver a su silla de concejal, y encima peleado con otros referentes de la bancada como Charly Cardozo y Anita Martínez.
Con el cambio de gobierno en diciembre, el cambio de mandos en Afip también aflojó el hermetismo sobre lo que ocurría en el organismo fiscal. Una fuente inobjetable aseguró que era un secreto a voces la afición de Jaime Mecikovsky por llamar con insistencia en pos de perseguir empresarios afines al peronismo. "Fue tan evidente que dejó expuesto un sistema macabro, armó una mesa chica de operaciones con varios involucrados de la delegación Santa Fe", comentó.
Esa lista de perseguidos es la que saldrá a la luz en breve, cuando desde el juzgado empiecen a llamar a testimoniales.