Mitos y verdades de la salud de la piel y la exposición solar
Organizada por la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) con el fin de concientizar sobre la importancia que tiene la salud de la piel, la 27° Campaña Nacional de Prevención del Cáncer de Piel se celebra, este año, del 16 al 20 de noviembre
La doctora Ana de Pablo, profesora de Dermatología de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral y sub-jefa de Dermatología en el Hospital Universitario Austral, comparte una serie de recomendaciones para cuidarnos durante esta época, sobre todo teniendo en cuenta que ha disminuido durante gran parte del año, la exposición al sol.
El cáncer de piel es el tipo más común de los cánceres en el ser humano. En Argentina, en las últimas tres décadas, han aumentado los casos de cáncer de piel más que cualquier otro tipo, según la SAD.
El sol emite radiación electromagnética que incluye la luz visible, los rayos infrarrojos y las radiaciones ultravioletas (RUV). Estas últimas son las responsables primordiales del daño en el ADN celular, que pueden llevar al desarrollo de lesiones precancerosas o cancerosas de piel. Este daño que ocasionan es progresivo y acumulativo.
Existen tres tipos de RUV. Dentro de este espectro, emite la RUV-C, nociva para la vida humana, pero que no llega a nosotros porque es bloqueada por la capa de ozono. La RUV-B que también es filtrada y llega, aproximadamente, un 5% a la superficie terrestre, y es la responsable del enrojecimiento y quemaduras. Por último, la RUV-A que es la mayor proporción, de mayor energía y que penetra más profundamente en la piel, favoreciendo el envejecimiento prematuro de la misma. Tanto la RUV-A como la RUV-B son protagonistas en el desarrollo del cáncer cutáneo.
A continuación, la Dra. Ana de Pablo, profesora de Dermatología de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral y sub-jefa de Dermatología en el Hospital Universitario Austral, comparte una serie de “mitos y verdades” en relación a la salud de la piel.
“En días nublados o de lluvia debo usar protector solar”
Las nubes evitan que los rayos infrarrojos (que dan calor) lleguen a nosotros, pero no evitan que pasen los RUV. Por ello, si está nublado y estamos al aire libre, debemos protegernos con medidas físicas (ropa y sombrero), y si no puede ser de esta forma, aplicar protector solar de amplio espectro (para UVA y UVB, FPS 30 o mayor). Si está lloviendo sin resolana, estas medidas no son necesarias.
“Si no salgo de mi casa no hace falta que me aplique protector”
Los artefactos de luz hogareños y pantallas de computadoras o teléfonos celulares no emiten RUV. Pero la luz que emiten puede favorecer la inflamación y el envejecimiento de la piel. Además, hay que tener presente que algunos medicamentos pueden hacer una reacción cuando nos exponemos a la luz (fototoxicidad).
Por todo ello, se recomienda colocar protector solar (con filtros físicos, como el óxido de titanio) en especial en la cara, cuando vamos a estar muchas horas frente a pantallas. Recordar que se debe volver a aplicar cada 2-3 horas.
“Debo tomar sol todos los días para captar Vitamina D”
La deficiencia de vitamina D es un fenómeno cada vez más frecuente y la exposición al sol favorece su síntesis. La RUV-B es la que interviene en este proceso, que es más efectivo durante el verano cuando la intensidad de la RUV-B es mayor, en especial, durante el mediodía.
Existen otros factores que influyen en los niveles bajos de esta vitamina como la edad (a mayor edad, menor síntesis), latitud (a mayor lejanía del Ecuador, menor radiación), obesidad, malabsorción, entre otros.
Pero como ya fue mencionado, la exposición a la RUV está relacionada con un daño progresivo y el desarrollo del cáncer de piel. La exposición puede favorecer el enrojecimiento y quemaduras solares en pieles sensibles. Por lo tanto, se debe valorar el balance riesgo-beneficio antes de decidir la exposición diaria al sol.
En este tiempo de cuarentena, hemos estado encerrados y los niveles de vitamina D no serán seguramente satisfactorios. Se recomienda consultar con un profesional para evaluar la situación de cada persona y, de ser necesario, suplementar (recibir vía oral) la vitamina.