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Se conoció la noticia y al instante, se abrió el debate. Los concejales levantaron la mano a fines de julio para que los comerciantes que saquen un rédito del espacio público, deban pagar tributo. ¿Está bien que alquilen las veredas o de ninguna forma debe avalarse esa ocupación?

El proyecto se presentó el 21 de julio y una semana después fue aprobado por la mayoría oficialista integrado por los votos positivos de Pedro Sanitá, Lorena Casatti, Pablo Zanetti y Hugo Racca, ante los negativos de los justicialistas Antonia Pierucci y Andrés Golosetti.

Todas las voces desfilaron en Radio Casilda. En primera medida se manifestó el presidente del Concejo, Mauricio Plancich. “Las mesas de un bar que se ponen en la vereda o la exhibición de productos, ahora le dan la posibilidad al municipio de cobrarle un tributo. Como órgano legislativo, sancionamos la ley, y el ejecutivo la debe llevar a cabo”, afirmó Plancich.

La subsecretaria legal y técnica del municipio, Patricia Ferraretto también se manifestó al respecto. “Los vecinos mostraban un malestar por el uso irrestricto del espacio público. Es para todos los ciudadanos por igual. A partir de la sanción de la ordenanza se notificó a los comerciantes y tal vez surgen estas inquietudes que llegan a los medios. Vamos a hacer una ejecución progresiva de esta medida”, aclaró la abogada que marcó que habrá un cobro y una tarifa escalonada según lo amerite el caso.

Antonia Pierucci votó contra la normativa. “El espacio público es de todos y permitir el uso marca un precedente para que cada uno lo use para lo que quiera. Debemos cuidarlo para que la ciudad sea inclusiva. No estoy de acuerdo con la ordenanza y menos con que tenga un fin recaudatorio”, expresó la representante justicialista.

Los comerciantes, también dejaron su opinión. Eduardo, desde el rubro de bazares, declaró que “no me llegó notificación alguna a pesar que soy usuario de la vereda. Si hay que pagar un canon, no hay problema, pero se contradice con que estemos usando el espacio público. Si molestamos, no deben cobrarnos sino que no debemos usar la vereda. No es lo mismo molestar que cobrar un canon”. Así Eduardo se mostró muy claro y a su vez notó un costo elevado en el precio fijado por la ordenanza.

La polémica sigue abierta en función de usar o no las veredas de la ciudad, más allá de lo que pueda recaudarse a partir de la ley que entra en vigencia.