"¿Estás despierta?" pregunta Thelma, iniciando uno de los diálogos más simbólicos del film. "Supongo que podrías llamarlo así" - responde Louise - "mis ojos están abiertos". "Yo también estoy despierta. Me siento despierta", dice Thelma. Y sigue: "Me siento realmente despierta. No recuerdo haberme sentido tan despierta nunca. Todo se ve diferente ahora. ¿Te sentís así? ¿Sentís que tenés algo por lo que vivir ahora?".  Louise sonríe, emocionada e igual de convencida: "Vamos a estar bebiendo margaritas junto al mar, mamacita."

El guión de Callie Khouri se llevó el Oscar en 1991 cuando se estrenó esta película protagonizada por Geena Davis y Susan Sarandon que además contó con la participación de Brad Pitt, quien estaba iniciándose en el cine por aquellos tiempos. 

La historia de Thelma y Louise apareció en un momento en el que muy (pero muy) pocos decían y mostraban lo que este film vino a mostrar. Dos amigas que deciden tomarse un fin de semana lejos de sus rutinas y de sus maridos, en el medio el peligro al que todas estamos sometidas constantemente, la violencia, el abuso y, para colmo, el saber que luego de defendernos nadie va a creer en nosotras y entonces solo queda una opción posible: huir. 

Así, la huída de Thelma y Louise, su viaje escapando (¿del quiénes? ¿de qué?) es en realidad una revelación. El film, estrenado en mayo de 1991 pero que aquí pudimos ver recién al año siguiente, puso el foco en muchísimas situaciones sociales machistas que se encontraban totalmente naturalizadas y, no solo desde la acción, el suspenso y la emoción sino también a través del humor, la ironía y la sátira, logró exponerlas y criticarlas fuertemente. 

Los personajes masculinos importan. Los maridos, el violador, el ladrón, el camionero, los policías. Cada uno, con sus características potenciadas al máximo para que esa exageración paradójicamente dé verosimilitud, ocupa el lugar de un estereotipo de varón que se ha replicado incansablemente durante décadas. Incluso, el personaje del policía que lleva adelante la investigación del caso es un hombre bueno, comprensivo, empático y realista dado que, por supuesto, "no son todos los hombres iguales." 

Las protagonistas no solo son heroínas que se rebelan contra el sistema patriarcal sino que son dos amigas que se aman y se acompañan contra todo. El vínculo de la amistad femenina está perfectamente representado porque el dolor, la rabia y el coraje, cuando quien lastima es el patriarcado, se viven de manera colectiva.  

Thelma y Louise cumple 30 años y a pesar de que la película estuvo a punto de no estrenarse y de que causó gran polémica al mostrar a dos mujeres que responden con armas ante la violencia machista, logró consolidarse como un clásico del cine y como un ícono para la lucha feminista, ya que esta lucha siempre se da en el lenguaje, en los espacios productores de la cultura y en el campo de lo simbólico.

Allí, en ese campo de batalla, Thelma y Louise fue una conquista tan indiscutida como necesaria.