Bastía fustigó a Perotti y se ilusiona con un frente opositor, pero sin Milei
El diputado provincial de la UCR destacó la necesidad de "armar un partido fuerte y con una propuesta de gestión" que les permita volver a la gobernación. Calificó de "fraude electoral" la gestión de Perotti y se diferenció de Milei: "No me gustan los extremos", dijo.
Por Gustavo Schnidrig
El radicalismo se siente vigoroso, rejuvenecido. El apoyo legislativo de medio término infló a sus principales figuras y Santa Fe no escapó del envión.
El favorecido en territorio santafesino fue Maximiliano Pullaro, quien, tras blanquear sus intenciones a la gobernación, aprovechó el interés mediático de los últimos días para hacer una reivindicación personal de su gestión como ministro de Seguridad de Miguel Lifschitz y cuestionar la gestión actual.
Pullaro es también la cara visible del crecimiento local de Evolución, el partido conducido por Martín Lousteau a nivel nacional y que hace pocas semanas rubricó la presidencia de la UCR provincial con la elección de Felipe Michlig.
Fabián Bastia es una pieza clave de este armado. El diputado provincial resalta el buen pasar del partido y señala la necesidad de aprovechar este envión anímico para buscar una "amplitud" que permita gobernar la provincia y el país.
Pide construir una agenda amplia, que vaya desde un "fuerte control" en materia de seguridad hasta la ampliación de derechos en materias de inclusión y de género.
"El límite lo debe poner el programa y sin llegar a extremos", aclara.
—¿En qué momento encuentra este envión poselectoral al radicalismo santafesino?
En Santa Fe logró consolidarse un proceso que viene de larga data. Que inició bajo la conducción de Carlos Fascendini y que se renovó hace pocos días con la asunción de Felipe Michlig, una persona muy capaz y trabajadora.
El cambio de autoridades reflejó la realidad de la provincia y del país. En Santa Fe el radicalismo también se siente fuerte. Está en un proceso de unidad partidaria y con una vocacion de poder muy grande. Con una construcción que abarca a sectores muy amplios.
Lógicamente, en esa revitalización y madurez tenemos que priorizar los grandes puntos en común por sobre las diferencias, muchas veces mínimas y más de caracter personal que estratégicas.
Pretendemos un partido fuerte y con una propuesta de gestión que permita resolver el problema de los argentinos. Donde gobernamos lo hicimos muy bien y tenemos una ejemplaridad ética que nos avala.
—¿Qué proponen puntualmente?
Apostamos a una inclusión de los sectores mas vulnerados, al cambio de expectativas entre los jóvenes, a la igualdad de género en la prácitca. Deben ser políticas de Estado que se apoyen desde lo económico y lo productivo.
—Habla de "inclusión" y "género", conceptos que suele atribuirse a una agenda progresista; a la vez hay expresiones del radicalismo que codean con una postura "liberal", mientras que esta semana el radicalismo de La Capital pasó a estar conducido por un correligionario más "progresista" como Leandro González: ¿cómo se vienen resolviendo esos debates internos?
Estuvimos presentes para apoyar la nueva conducción. Su opinión va a ser tan escuchada como la de los demás y no hay que poner más límites que los del programa.
Pero tampoco banco los planteos extremos. No coincido con Milei. No banco slogans, porque Perotti ganó la elección prometiendo paz y orden y terminó siendo una gran estafa electoral. Hoy nadie duda que Santa Fe esta destruida, implosionada en materia de seguridad.
Además el tan mentado "progresismo" kirchnerista es puro relato. Hablan desde la inclusión y después defienden a Nicaragua o a Putin.
—¿Qué opina de lo que viene sucediendo en materia de seguridad?
Opino que todas las reuniones son buenas pero que después de una foto y una conclusión tiene que venir la acción.
Perotti sigue hablando sobre la misma inseguridad que provocó con su inacción. Ahora dice que es "inaceptable". Se olvida de que tuvo un ministro de Seguirdad como Marcelo Sain, que provocó muchas tensiones y está siendo investigado por la Justicia. Perotti es Sain
—¿No favoreció la Legislatura esa tensión entre poderes que muchas veces impide acuerdos mínimos para enfrentar las crisis?
El Poder Legislativo le votó todas las leyes a Perotti, incluso endeudamientos muy importantes.
Es muy claro: Perotti es quien debe gestionar la provincia y tiene los recursos para hacerlo, pero le erró en la política. Tuvo que cambiar en reiteradas ocasiones la cúpula de seguridad y policial, por ejemplo.
—¿Maximiliano Pullaro lo hizo mejor?
La gestión como ministro de Seguridad es su más alto capital político. Gestionó cuatro años, desde el primer al último día de la gestión de Miguel Lifschitz, y bajó todos los índices. Es un área muy difícil y en la que hay que trabajar.
Por eso Pullaro es el candidato de nuestro espacio. Todos los índices de seguridad empeoraron desde que él se fue de la provincia y la sociedad debe ser consciente de lo que hoy sucede en Rosario.
—¿Qué pueden aportar para mejorar esa realidad?
Esta claro que debe reforzarse la institucionalidad perdida y vapuleada por el kirchnerismo populista que devaluó las intituciones.
Nación y Provincia deberían ocuparse de la situación de los jóvenes, que es compleja en el sentido de que no tienen proyectos de vida: las oportunidades laborales son escasas y en general se quieren ir del país. Hoy, dos de cada tres niños son pobres.
Pero tampoco se apuesta a los emprendedores o a fortalecer los vínculos productivos y la capacidad laboral. Por eso necesitamos una gestión provincial con mayor compromiso para con las necesidades, los derechos y las condiciones que permitan consolidar una provincia productiva y que apueste a las obras.
El puente Santa Fe-Santo Tomé es un claro ejemplo del abandono kirchnerista para con Santa Fe.
—¿Usted qué lugar piensa ocupar en todo estos armados?
Yo estoy concentrado en seguir completando mis 14 horas de trabajo diarias para armar el programa de gobierno que nos permita volver a gobernar.