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Walter Petunchi fue uno de los grandes artilleros que conoció el mundo de la Liga Casildense a principios del nuevo milenio. Llegó como un completo desconocido desde Villa Ramallo y se transformó en el hombre-gol de Unión Deportiva durante la campaña 2002. Luego, sus destacadas apariciones en las redes hicieron que incursionara en grandes instituciones del ambiente como Belgrano y Atlético Pujato. Ya retirado desde hace tiempo, recordó como su llegada a Los Molinos fue vital no sólo en su carrera deportiva, sino también personal.

El ex goleador utilizó su cuenta personal de Facebook para narrar una historia atrapante y real sobre sus inicios en la Casilda. Incluso admitió que debió "haberlo contando antes". La cuarentena le dio el tiempo perfecto para volcar todos sus sentimientos.

En el comienzo de su relato narró que la crisis del 2001 fue dura para él y con 27 años lo encontró trabajando en el turismo estudiantil lejos de su ciudad natal. Junto a un compañero, ambos fueron derivados a Casilda. "Tuvimos que cambiar de empresa y de zona. Llegamos en mi Renault 12 gris y la nueva remera de 'Travel Ross'", argumenta. 

Por supuesto que ninguno de los dos estaba holgado de dinero, ni mucho menos. La primera noche durmiendo en al auto, luego terminaron en una especie de pensión con baño y cocina común. "Íbamos siempre a la misma estación de servicio a echarle gas al 12, yo cargaba y Marcos iba al shop a pedir sobrecitos de mayonesa, quetchup, savora. Esos fueron por muchos días los ingredientes de nuestros fideos blancos", enfatizó con crudeza Petunchi. Todo eso mientras intentaban vender viajes a estudiantes para engrosar sus cuentas.

El destino empezó a cambiar cuando recordó que un amigo suyo estaba jugando al fútbol y era profe en un pueblo a quince kilómetros de Casilda. No era otro que Fernando Vergara, quien ya se había ganado un nombre en el ámbito local y era palabra mayor en Unión Deportiva de Los Molinos. Esa misma semana arribó al pueblo sólo para "ponerse al día" con su amigo, conocer a su familia que estaba allí viviendo y saber si en Los Molinos había escuelas para vender viajes. Pero el destino le mostró otra salida.

Petunchi fue invitado a una prueba, pese a que el torneo ya estaba iniciado, la rompió en la práctica y fichó para transformarse en el 9 que estaba necesitando Unión Deportiva. "Del martes al jueves Feno había hablado de mí prometiendo que llegaba el chapulín Romario", bromeó en su recuerdo. Pero todos se transformó en realidad en su debut, cuando le marcó un doblete a Huracán de Chabás en una victoria por 3-1. El otro gol, lo convirtió el hombre que lo había recomendado.

Luego todo fue más sencillo. Pero no sólo por su aportes en las redes, sino por la calidad humana que le brindó ese pueblo. Los domingos en la cancha eran una forma de agradecer el hogar, el trabajo y hasta compañía que le brindaron en aquel lejano 2002 y 2003.

"Mi vida agarró un camino inesperado si me remonto a marzo de 2002, y se desvió definitivamente por ese pueblo, sobre la Ruta 92. Feno pasó a ser mi hermano, como ya dije, y jamás podré agradecerle lo que hizo por mí en el peor momento de mi vida. Salió bien y siempre que nos encontramos nos reímos que podría haber salido cualquier cosa. Encontré gente bondadosa, querible, y que jamás podré sacar de mi corazón", sintetizó quien actualmente se transformó en un referente del Footgolf a nivel nacional.

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Quizás debí escribirlo antes, pero ésta cuarentena me lo permitió y se dió: "Los Molinos de la Salvación" LOS MOLINOS...

Publicada por Walter Petunchi en Miércoles, 22 de abril de 2020