Mariano Moreno: ¿Quién fue y que papel tuvo en la Revolución de 1810?
Por: Jonatan Moyano
El 23 de septiembre de 1778 nació en Buenos Aires Mariano Moreno, uno de los principales participes e impulsores de la revolución de mayo 1810.
Su vida, sus estudios y sus inicios en la política.
Tras culminar sus estudios iniciales, en el año 1800 emprendió viaje hacia Chuquisaca, que se encontraba en el Alto Perú. Allí comenzó la carrera de abogacía y en este mismo lugar conoció a María Guadalupe Cuenca de 14 años, con quien contrajo matrimonio cuatro años más tarde. Al año siguiente, en 1805 regresó a su ciudad natal ya con el título de doctor en leyes.
En 1806 y 1807, no fue participe en la liberación de la ciudad bonaerense de los invasores británicos; sin embargo dejaba en claro su repudio hacia las intenciones de las fuerzas inglesas.
Desde ese entonces comenzó su participación en la vida política de la ciudad de Buenos Aires. En una primera instancia, como defensor del ideal de libre comercio, preparó un informe denominado “La Representación de los Hacendados”, que pretendía detallar la vida económica y política del Virreinato del Rio de la Plata y asimismo solicitar al virrey de aquel entonces, Baltasar Hidalgo de Cisneros, la apertura del mercado. Su petición fue tenida en cuenta el 18 de mayo de 1810.
La Revolución de Mayo de 1810, su participación en la Primera Junta.
El 22 de mayo de 1810, Mariano Moreno, asistió al Cabildo Abierto y votó por la destitución del virrey. No obstante, no participó de la principal manifestación del 25 de mayo siguiente. A pesar de esto, y aunque negaba su participación directa, tras la insistencia de los principales referentes de la revolución aceptó formar parte de la Primera Junta, tomando el cargo de secretario.
Según informan las fuentes, contaba con dignas virtudes para integrar la secretaría de la Primera Junta debido a su intelectualidad; aun cuando su actitud era seria, poco sentimental e incluso deshumanizante. Pese a que su duración en el cargo fue de tan solo siete meses, impulsó ciertas reformas que encaminarían los pasos de las Provincias Unidas del Rio de la Plata, como reemplazo del virreinato.
Algunas de sus principales contribuciones fueron: establecer una oficina de censos, planificar la formación de una Biblioteca Pública Nacional, reabrir puertos y liberar antiguas restricciones de comercio, organizar la policía municipal, impulsar ordenanzas militares. Incluso fundó la Gazeta de Buenos Ayres (periódico oficial de la revolución) en el que publicó un decreto de libertad de prensa.
A su vez, entre sus medidas, encomendó fusilar a aquellos que se resistieran a acatar las órdenes, o quitarle legitimidad a La Junta, aplicando una política de exterminio de la oposición. Uno de estos contrarrevolucionarios era Santiago de Liniers, primera persona elegida virrey por medio del voto popular, un héroe de la reconquista de la ciudad de Buenos Aires en 1806 y 1807, que adquirió gran popularidad dado a sus actos memorables.
El intento de renuncia: la misión que lo llevó camino a su muerte.
Entre los miembros de la Primera junta, se encontraba Cornelio Saavedra quien se oponía a los ideales de Moreno. Sus intenciones eran de estilo conservador, ya que quería mantener las relaciones con el virreinato. Por otra parte, las ambiciones de Mariano Moreno eran completamente contrarias, a causa de que aspiraba a generar cambios profundos en la sociedad. Por esta razón se produjo una lucha interna entre ambos.
De esta manera, Saavedra se unió a los diputados de las provincias del interior que pretendían participar de La Junta; indicio al que Moreno se oponía. El 18 de diciembre de 1810 se ordenó someter a votación por la incorporación de los diputados dentro del organismo. La votación fue a favor de los saavedristas y finalmente se conformó la Junta Grande. Tal hecho incitó a Moreno a solicitar la renuncia, pero su propuesta fue rechazada. Por lo tanto le suplicó a la Junta Grande que le asigne un destino diplomático, y fue así que obtuvo una misión a Inglaterra. Finalmente, falleció en altamar el 4 de mayo de 1811 a los 32 años.
Su muerte, generó numerosas especulaciones; una de las principales teorías es que fue envenenado por enemigos políticos. Sin embargo, esta hipótesis carece de sentido debido a que acababa de ser derrotado políticamente, y no era tomado como una amenaza por sus opositores. Según los testimonios y las fuentes de la embarcación en la que navegaba, había enfermado los días previos a su muerte.
Si bien su paso por la política duró desde su nombramiento como secretario de la Primera Junta hasta la votación interna del 18 de diciembre (tan solo siete meses), es innegable el hecho de que su influencia y la participación en el proceso revolucionario impulsaron las medidas para la estabilización política y económica de un territorio en proceso de libertad.