La Real Academia Española (RAE) acaba de presentar la actualización 23.8 del Diccionario de la lengua española, incorporando 4,074 novedades. Esta ampliación no solo suma nuevas expresiones y acepciones, sino que también presenta una renovación de su imagen en la versión digital, optimizando la experiencia de millones de usuarios que consultan diariamente este recurso. Los nuevos términos incluyen “espóiler” y “granularidad”, así como formas complejas del tipo “centro de salud”, “unidad móvil”, “voto castigo” o “zona de confort”.

Más de 4000 incorporaciones: de la ciencia a la gastronomía  

La versión 23.8 del DLE refleja la constante transformación del idioma, incorporando neologismos y extranjerismos que se han hecho un lugar en la vida cotidiana. Áreas tan diversas como la ciencia, el medio ambiente, la tecnología, la gastronomía, la música y el deporte encuentran su representación en este diccionario renovado.

Ejemplos de nuevos términos incluyen “espóiler” y “granularidad”, así como formas complejas del tipo “centro de salud”, “unidad móvil”, “voto castigo” o “zona de confort”. En el campo científico se suman voces como “aerotermia” o “micelar”; en el ámbito medioambiental y biológico, destacan “dana” y “microbioma”. Por otra parte, el sector tecnológico aporta palabras como “desarrollador” o “escalabilidad”, y también se añade una nueva acepción de “temporada”, ahora pensada para series audiovisuales.

La gastronomía se hace presente con vocablos que capturan tendencias culinarias internacionales, tales como “barista”, “frapé”, “infusionar”, “tabulé”, “umami”, “varietal” o “wasabi”. En el terreno musical se incorporan términos como “blusero”, “rapear”, “funk”, “groupie” e “indie” (este último también aplicado al cine), mientras que el deporte suma referencias al “bicicross”, la “capoeira” y el “curling”, entre otros.

La riqueza del español de América también se ve reflejada: palabras como “parrillar” —muy utilizada en el Río de la Plata— o el extranjerismo “sulky” se incorporan para dar cuenta de expresiones arraigadas en el habla regional. De este modo, la RAE y las 23 academias de la lengua española que participan en el DLE garantizan una herramienta con perspectiva panhispánica, perfecta para lectores argentinos y de toda Hispanoamérica.