¿Quién será la primera Santa Argentina?
El Papa Francisco oficializó la aprobación del milagro atribuido a la beata santiagueña María Antonia de Paz y Figueroa. Por lo que pronto se convertirá en la primera santa argentina. Según fuentes del mismo Vaticano, la ceremonia de canonización se llevaría adelante a comienzos del año 2024 en la Plaza de San Pedro. En comunicación con Radio Casilda, Silvia Correale, la postuladora a la santificación, describió la gran emoción que sienten los fieles argentinos.
Mama Antula, como se la conocía popularmente, había sido beatificada en el año 2016, en Santiago del Estero, luego que su santidad autorizara la publicación de un milagro por la sanación de una religiosa de las Hijas del Divino Salvador. Seis años antes, el Papa Benedicto XVI la había considerado “venerable”.
Nacida en 1730 de una noble familia oriunda de Santiago del Estero, la futura santa hablaba español y quechua, y evangelizaba a las comunidades originarias junto con los miembros de la Compañía de Jesús. Eso ocurrió hasta 1767, cuando ocurrió la expulsión de los Jesuitas.
Mama Antula recorrió a pie casi 5 mil kilómetros por el Virreinato del Perú, lo que hoy conforma los actuales territorios de Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja y Córdoba. Hasta que se instaló en las costas de Buenos Aires y fundó la Santa Casa de Ejercicios en 1784.
Es considerada una Madre de la Patria. Ese mote se lo ganó gracias a las multitudinarias tandas de ejercicios espirituales realizados por ella en la Santa Casa, de las que participaron varios próceres de la independencia, de la talla de Manuel Belgrano, Miguel de Azcuénaga y hasta el Virrey Santiago de Liniers.
El milagro
La historia de su canonización está íntimamente ligada a Santa Fe. Narra la supervivencia milagrosa del señor C. P., quien sufrió un ‘ictus isquémico con infarto hemorrágico en varias zonas, coma profundo, sepsis, shock séptico resistente, con fallo multiorgánico’. Fue ingresado al hospital de la ciudad capitalina en la unidad de cuidados intensivos en estado más que delicado.
Al cabo de unos días, mostró una notable mejoría y, tras unos meses de fisioterapia, era independiente, autónomo en su vida diaria, realizando tareas manuales normales.