Cada 5 de septiembre se conmemora el Día de Llegar Tarde, una fecha poco convencional pero sumamente entretenida que celebra a todos aquellos que, en algún momento de la vida, han tenido que recurrir a coartadas ingeniosas para justificar su impuntualidad. ¿Alguna vez tuviste que inventar una excusa más o menos creíble para zafar?

En esta jornada especial, recordamos algunas de las excusas más locas que la gente ha dado para cubrir sus retrasos. La creatividad humana no tiene límites cuando se trata de explicar por qué llegaron tarde:

  1. "Se me cruzó un gato negro y tuve que esperar una hora para que pasara otro blanco." Esta excusa toma una superstición clásica y la eleva a una justificación épica para la impuntualidad.
  2. "Mi alarma sonó, pero mi perro la lamió y se apagó." Un sabotaje canino de proporciones épicas que demuestra que incluso nuestras mascotas pueden ser cómplices en la aventura de llegar tarde.
  3. "Se me quedó el pie atascado en el atasco." Un juego de palabras ingenioso que sin duda arrancará más de una sonrisa.
  4. "El tráfico era tan lento que tuve tiempo de hacer un curso intensivo de japonés." Una excusa original y un poco exagerada, pero que resalta cómo los retrasos pueden ser aprovechados de maneras inesperadas.
  5. "Me confundí de año y pensé que todavía era fin de semana." Un error de cálculo que, aunque sorprendente, seguramente ha sido experimentado por más de uno.