"Pensé que sin visión se terminaba la vida y me di cuenta que no"
Osvaldo Acuña, el casildense que viajó a China para tratar su problema de visión, actualmente trabaja reparando y revendiendo cocinas. Pese a que perdió todo su campo visual, dejó un mensaje de aliento
La historia de Osvaldo Acuña fue toda una revolución allá por el comienzo del 2019. El joven oriundo de Casilda tenía que hacer frente a un costoso tratamiento con células madres que sólo se llevaba adelante en China para que su vista no continuara deteriorándose. El apoyo de la comunidad local fue relevante para que finalmente pudiera volar a tierras asiáticas. De todas maneras, a su retorno no todo salió como lo hubiese imaginado.
Luego de varios meses de silencio, Acuña enfrentó los micrófonos en Radio Casilda y contó como sigue su vida. Admitió que la intervención que recibió en China le permitió llegar a ver hasta un 35% mejor. Pero eso derivó un intenso dolor de cabeza generado por la presión ocular. "En ese momento el médico chino me dijo que tenía que operarme en Argentina para evitar que se perdiera todo lo que habíamos avanzando con el tratamiento", manifestó.
Lo cierto es que si bien tenían revisiones periódicas en el Hospital Centenario de Rosario, la intervención no se hizo a tiempo. Pasaron más de cuatro meses y eso debilitó el nervio óptico. Su retina quedó fijada, producto de la ayuda que recibió en China, pero llegó al punto de estar completamente ciego. "Hoy en día no estoy viendo nada. Todavía hay posibilidades de un segunda tratamiento en Asia, por lo que no pierdo la fe", aseveró el joven.
Aquel momento fue durísimo para alguien que se había hecho muchas ilusiones y, de repente, sintió que lo perdía todo. Según su propio relato, cayó en pozo depresivo y estuvo hasta seis meses sin salir de su pieza. "Pensé que sin visión se terminaba la vida, y me di cuenta que no", reveló Acuña.
Osvaldo entendió que el esfuerzo de su familia, de sus amigos y la comunidad había sido muy grande. Eso lo fortaleció y le está ayudando a salir adelante. Volvió a trabajar retomando un viejo oficio: repara estufas y cocinas. También compra ese tipo de artefactos y los revende.
Si bien muchos se sorprenden de verlo llegar con su mujer cuando va a un domicilio particular, su labor es más efectiva y está comprobada. Para cerciorarse de que estaba listo para volver al rubro hizo una prueba piloto. Adquirió una cocina nueva, la desarmó por completo y la volvió a montar apelando a sus memoria. Cualquiera se puede contactar con él al número (03464) -15571243. Sólo mediante llamadas telefónicas.
"Todavía me falta aprender a manejarme solo en la casa. Voy por ese objetivo. No sirve de nada quedarse tirado en una cama. Tengo una familia que me necesita y hay que seguir viviendo", cerró la entrevista.