A través de un comunicado público que dio a conocer esta tarde, el Intendente Andrés Golosetti hizo saber que prescindirá de los servicios de Jorge Arias, quien se desempeñaba como Director de Tránsito en el municipio. “Equivocó su proceder y con su error concibió privilegios a un funcionario que los ciudadanos no tienen”, argumentó. Además, fue duro con Germán Zarantonello quien ahora está expuesto ante el Tribunal de Penas.

Luego de la investigación interna que se llevó adelante por la responsabilidad de los funcionarios y el personal de la repartición involucrada en el control de alcoholemia del pasado 30 de abril, el Ejecutivo local entendió que la orden de Arias favoreció al concejal Zarantonello. Por lo tanto, a partir de este viernes, quien estaba a la cabeza de Tránsito Municipal dejará su cargo.

En un comunicado muy fuerte, sin guardarse nada, Golosetti explicó su determinación. “Con todas las pruebas y testimonios de lo sucedido en mi poder tomé la decisión de solicitar la renuncia del Director de Tránsito, quien equivocó su proceder y con su error concibió privilegios a un funcionario que los ciudadanos no tienen”, soltó.

Un poco más adelante, opinó sobre la situación de Zarantonello. Quien se expone a sanciones de acuerdo a lo que dictamine el juez de Faltas, ya que se elevó un expediente. “Lo más grave de todo esto y lo que debe ser repudiado fervientemente es la conducta prepotente, despectiva e intimidatoria con la que se manejó el concejal involucrado”, enfatizó Golosetti.

EL COMUNICADO COMPLETO

Esta semana Casilda fue noticia por un lamentable hecho que puso sobre el tapete la conducta de parte de la dirigencia política local y también de funcionarios municipales. 

Al enterarme de lo sucedido actué guiado por mis valores y convicciones y no dudé un instante en solicitar que se investigue a fondo la situación. Hoy con todas las pruebas y testimonios de lo sucedido en mi poder tomé la decisión de solicitar la renuncia del Director de Tránsito, quien equivocó su proceder y con su error concibió privilegios a un funcionario que los ciudadanos no tienen. 

Lo más grave de todo esto y lo que debe ser repudiado fervientemente es la conducta prepotente, despectiva e intimidatoria con la que se manejó el concejal involucrado. Ser funcionario público no es un lugar de privilegio sino un lugar de servicio. 

No queremos esa forma de hacer política en Casilda. Nosotros a la gente le hablamos a la cara, cuando hay que informar cosas buenas y también cuando hay que informar cosas malas, pero siempre a la cara, de frente, sin doble discurso, siendo auténticos. Es lo mínimo que el ciudadano se merece.