La leyenda del 'Hombre Gato': el verano más loco de Casilda
Ocurrió durante una temporada estival de mediados de los '80. Vecinos armados buscaban a un ser sobrenatural mitad humano, mitad felino
Una historia recurrente que se da entre los ciudadanos locales y que, evidentemente, se va transmitiendo de generación en generación, es la del 'Hombre Gato'. Un supuesto ser sobrenatural que arañaba ventanas, saltaba puentes y hasta traspasa tejidos. Que estuvo en las calles aterrando a propios y extraños. Todavía al día de hoy hay gente que asegura haberlo visto cara a cara. ¿Cómo surgió semejante idea?
Era medidos de las década del 80. Todavía no existía la maravilla de Internet, mucho menos los teléfonos celulares o las redes sociales. Casilda era una urbe pequeña en la cual todos los vecinos se conocían de memoria. Un verano, llegó un circo a la ciudad que tenía entre sus filas a un trapecista excelso, de increíbles habilidades para saltar por los aires.
"En ese momento surgió el rumor de que se muchacho salía a la calle a hacer cosas raras. Todo terminó en una psicosis generalizada", detalló Raúl Cabrera, ex policía. Quien en ese entonces era muy joven y apenas había ingresado a las fuerzas armadas. La historia del Hombre Gato se hizo viral, de boca en boca, como era en esa época. A tal punto que incluso Radio Casilda y medios de comunicación nacional trataron la temática.
"En ese momento coincidió que hubo un siniestro en donde una persona falleció y su cuerpo tardó en ser reclamado. Sus familiares no eran de acá", recordó Cabrera. Mientras el óbito permaneció en la morgue, alguien dijo que el Hombre Gato había entrado a profanar el cuerpo. Incluso comentario que dejó sus garras marcadas el mármol de la mesada. Aterrador y convulsionante.
Fue el momento en que todo se desmadró. Se alteraron los ánimos. Por más de dos meses hubo vecinos que salían armados a querer gatillarle a cualquier bulto que les parecía extraño y otros que montaban guardia en sus techos.
Una de las versiones más resonantes decía que el Hombre Gato se ocultaba en el monte que había frente al Polideportivo del Club Alumni. "Me mandaron a buscarlo a ese lugar, de noche. Y era bastante denso. Tengo que admitir que en ese momento estaba asustado", saltó el ex oficial de policía.
Las confabulaciones fueron perdiendo notoriedad con el paso del tiempo. La policía recibía llamados simultáneos de quienes decían haberlo visto en Nueva Roma y Alberdi, en Granaderos y en Barracas. Imposible.
Así se terminó la historia de este personaje mitad humano y mitad felino. Que según los entendidos vestía una túnica color blanco y parecía volar de un lado al otro. Un mito que nunca existió, pero que se transformó en tal para vivir por siempre en la memoria.