La peor deuda de la historia de Casilda
Se cierra un nuevo año y eso parece que habilita a muchas personas a olvidarse por completo de lo que pasó durante los últimos 364 días. Hoy más de un casildense levantará la copa sin saber si el mes que viene podrá cobrar su sueldo, entendiendo que nada es seguro, sobre todo en el contexto municipal.
Otros tanto, estarán pendientes de lo que pase en la calle, del control de la ciudad y que nada malo suceda, cuidando al vecino. Pero… que termine el 2019 no borra ni desaparece deudas, problemas económicos municipales, ¿errores de cálculos? malas (muy malas), decisiones.
El último que apague la luz, dice un dicho popular, y en parte parece que es lo que sucedió con la salida de Juan José Sarasola, el ahora ex intendente de la ciudad de Casilda cuando terminó su mandato el pasado 10 de diciembre.
Apagaron la luz al aire de Radio Casilda declarando públicamente una deuda de “50 millones de pesos”, según el ex secretario de Hacienda Juan Pablo Massetani, pero se olvidaron que al otro día se prendían las de una nueva gestión que al recibir el balance, se encontró con un pasivo de más de 71 millones.
A esto le tuvieron que añadir otros más de 3 millones en jubilación que nadie había comentado ni tenían previsto avisar. Sumando de esta manera más de 74 millones de pesos en deudas, algo muy diferente a los 50 mencionados, y quedando todo registrado en dicho balance, que Sarasola entregó en manos a Andrés Golosetti en el paso de mando.
Irse como si nada, con las arcas del municipio por el suelo, con una deuda que tiene Sapem, la empresa encargada del gas domiciliario y la recolección de residuos domiciliarios, que según una auditoria de números totalmente rojos, se aproximaría a 67 millones de pesos. El total entre deuda municipal y Sapem es alarmante, da escalofríos y marca unos casi 161 millones de pesos.
Hoy, la “Villa más Bonita” tiene déficit, problemas para abonar sueldos, falta de estabilidad financiera para con sus proveedores. Desde hace un tiempo que los camiones de la Sapem no están en condiciones de circular por la falta de frenos y el deterioro de sus neumáticos, pero la gestión de Sarasola priorizó contratar a "un contador de Rosario para dibujar los balances que no se hicieron en 3 años, realizarlos en 15 días y pagarle un millón de pesos", aseveró el actual intendente en Radio Casilda.
Como si esto fuera poco, la lluvia registrada entre el 29 y 30 de diciembre hizo que los recolectores no puedan ingresar a la cava donde depositan los desechos, que se encuentra a 7 kilómetros del ejido urbano, por las condiciones de los caminos.
Lo extraño es que Golosetti también confió en que “el dinero para el mejorado llegó en la gestión Sarasola, pero lo usaron para otra cosa”. Otro punto en contra respecto a la falta de soluciones gubernamentales de los que hoy, miran desde afuera.
Cerrar la puerta, bajar un telón, culminar un año, todo viene con una mochila, con una cierta cantidad de cosas que por más que choquen las copas con las bebidas más caras del mercado, (ya sean tintos, espumantes o blancos), los números no se olvidan, no hacen como el 2019 y se van, sino que se quedan y hacen cada vez más difícil visualizar un horizonte financiero donde al menos, se lleguen a pagar las cuentas, los servicios, los sueldos. ¿Por qué brindarán este 31 de diciembre?
Hasta el 7 de enero la gestión de Golosetti tiene tiempo de recaudar cerca de los 20 millones que se necesitarían para pagar el sueldo del personal municipal y de SAPEM. A horas de terminar el 2019 y comenzar un nuevo año la cifra parece inalcanzable de saldar. La triste realidad es innegable.