El camino hacia la modernidad y el avance tecnológico van transformando no sólo las sociedad, sino también la manera de realizar ciertas tareas. Aún así, quedan trabajos muy artesanales que realizan en talleres muy cuidados y que requieren de una paciencia especial. Por ejemplo, el arte del tapizado.

Generalmente se relaciona a la profesión con gente de mucha edad y se piensa que no se fue renovando, pero algunos andamos todavía dando vueltas”, confesó Cristian Muzzio, en diálogo con ‘El equipo de la mañana’. El joven es oriundo de la localidad de Correa y se dedica a la tapicería desde hace años. Comenzó trabajando para una fábrica de juegos de living. Más tarde de independizó y siguió el oficio por su cuenta.

Muzzio detalló que su labor se ha modificado por el hecho de la utilización de los materiales primarios. Hay ciertos productos que ya no se consiguen con facilidad y fueron sustituidos por otros más rentables. Por ejemplo, el polyester, que viene de muchas calidades.

En la tapicería moderna no se nota tanto el toque artístico. Anteriormente se veía más la mano del tapicero. Por ejemplo, el tachonado se hacía completamente a mano”, apuntó el entrevistado. Cada pieza llevaba su buen tiempo de armado y detalle. Hoy en día, eso cambió totalmente. Un buen juego de sofá y dos sillones, podía incluir hasta 6 mil tachas.

¿Todo lo relacionado a la tapicería se puede reparar? Muzzio argumentó que los esqueletos (la parte interior) han bajado su calidad. Aunque todo depende del desarmado. En ese punto, aseguró que se debe cuidar la calidad, ya que deterioro en el producto puede ocasionar, por ejemplo, malas posturas.