Vuelve “La Niña”: qué impacto puede tener en el clima durante la primavera
Como ya se viene anunciando, la temporada primavera-verano estará marcada por el fenómeno de “La Niña”, asociado a la sequía. Este fenómeno es sinónimo de pocas lluvias, a diferencia de “El Niño”, período en el cual las precipitaciones son abundantes. Ambos extremos son dañinos para la población en general y, en particular, para el sector agropecuario, motor del país.
También preocupa en zonas turísticas como la provincia de Córdoba, entre otras, donde se vienen registrando incendios.
Informe internacional sobre “La Niña”
El informe de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) indica que, con la llegada de la primavera el 21 de septiembre, “La Niña” comenzará a instalarse en América del Sur, afectando a todo el continente y, particularmente, a Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina, principales productores de granos y semillas.
Según el reporte, el verano será seco y menos caluroso de lo habitual, lo que generará mayores sequías y heladas, estas últimas más propias de la estación invernal.
De acuerdo con el documento de la NOAA, los meses de septiembre y octubre estarán influenciados por “La Niña”. Pero, ¿qué dice el Servicio Meteorológico Nacional Argentino al respecto?
Así será la primavera argentina según el SMN
La web oficial del Servicio Meteorológico Nacional de Argentina indica que: “De acuerdo con los modelos dinámicos y estadísticos, en promedio, en el trimestre septiembre-octubre-noviembre 2024 (SON), hay un 55% de probabilidad de que las condiciones sean neutrales y un 41% de posibilidades de desarrollo de La Niña”.
¿Qué es “La Niña”?
A diferencia de “El Niño”, “La Niña” es el fenómeno climático que trae consigo un período de bajas precipitaciones. Durante este fenómeno, las temperaturas se enfrían en la superficie del océano Pacífico a la altura del Ecuador.
Si bien ambos fenómenos alternan, no se presentan todos los años, aunque ocurren con mayor frecuencia, y su ciclo oscila entre dos y siete años.
Incendios e inundaciones, dependiendo del fenómeno que se presente, son algunas de las consecuencias y pueden generar cambios climáticos en todo el mundo.