Catalina, abuela de Loan Peña, reveló detalles del día de la desaparición
Con la custodia de un patrullero de la Policía Federal en la puerta de su vivienda, Catalina pasa sus dias en una pequeña casita con paredes de ladrillos pegados con adobe. Hace dos años que vive sola en ese lugar apartado del ejido urbano, luego del fallecimiento de su hijo que padecía una enfermedad.
Cuando la periodista Ale Berrondo llegó al paraje ‘El Algarrobal’, la abuela de Loan estaba con su hijo José, quien la acompañaba un rato como lo hace habitualmente. Antes de la desaparición de Loan, quien la visitaba a diario era su hija Laudelina. "A nadie le dije estas palabras que te digo a vos", confiesa.
La señora abrió su corazón en una entrevista exclusiva, compartiendo con detalle el último día en que se vio al niño, el 13 de junio. La charla íntima tuvo lugar en la casa donde se hizo el almuerzo. “Hace 48 años que estoy aquí -comenzó Catalina- Vivía feliz, contenta, pero ahora no porque se me perdió el chiquito”.
Un almuerzo con promesas
El 13 de junio empezó como cualquier otro, pero con un toque especial debido a una promesa a San Antonio. Catalina preparó una comida en honor al santo, cumpliendo una promesa hecha después de recibir un milagro. "Tenía una promesa, por eso hice la comida", explicó. Este detalle muestra la devoción y la fe que la abuela depositaba en sus creencias.
La llegada de la familia
Laudelina, hija de Catalina, llegó temprano para ayudar con la cocina. Más tarde, José, el padre de Loan, quien arribó con el niño a caballo. “La criatura hace rato que quería venir a verme”, añadió la entrevistada, subrayando el deseo del niño de pasar tiempo con su abuela.
Loan se sentó al lado de su padre y Macarena, mientras los otros menores estaban en otra mesa. Fue en ese momento cuando la abuela notó algo perturbador: "No me gustó que pongan los platos boca abajo en la mesa de los nenes", remarcó. Este hecho, aunque sencillo, le provocó una inquietud inexplicable.
Después del almuerzo
El almuerzo transcurrió con normalidad, entre charlas y recuerdos familiares. Después de comer, María Victoria Caillava, ex funcionaria de 9 de Julio, expresó su deseo de comer mandarinas y tomó algunas del árbol que se encontraba en la casa del paraje.
Catalina relató que Antonio salió primero de la casa y que Ramírez le sugirió a su mujer dar un paseo por el monte. "Todas las criaturas los siguieron," recordó.
Loan, que estaba con los otros menores, le advirtió a su padre sobre el caballo que se alejaba. José, en un gesto de confianza, le dijo: "Déjalo que no se va a ir lejos, ya lo vamos a traer". Catalina se lamenta ahora de no haber sido más cautelosa y confiesa: “Y ahora estoy diciendo ¿por qué no le dijiste que se quede? Yo no pensé que estaba yendo al monte”.
Momento de la desaparición
La alarma se disparó cuando Antonio llamó urgentemente a Laudelina diciendo que uno de los niños se había perdido. Catalina recordó haberle consultado a Victoria qué pasaba, mientras la exfuncionaria se subía a su camioneta para retirarse del lugar. “Fue a buscar a uno de los niños que se perdió”, le respondió Caillava y agregó que ante cualquier novedad la llamen.
Hipótesis de Catalina
Catalina compartió sus temores y sospechas sobre un posible secuestro. “Yo pienso que este Antonio -Benítez- habrá tenido una conversación con alguno y se fue por delante para ver si estaba el otro por ahí”, confió Catalina a Alejandra.
La abuela sostuvo que no ha recibido amenazas. Además comentó que tuvo una conversación con el gobernador de Corrientes. Sobre el final habló sobre la predicción que le dio una vidente.